martes, 28 de julio de 2015

Imperium (1)

Yo soy la medida de todas las cosas. Lo bueno, lo malo; lo justo, lo injusto; lo correcto y lo incorrecto. Mi voluntad absoluta es la horma de la realidad. Todo se pliega ante mis actos. Hoy, hasta las nubes hunden su rodilla en la tierra, respetuosas, a mi paso. La existencia se mide e interpreta a partir de un gesto de mi mano. Nada hay si yo no quiero que sea, y es cuanto yo quiero que haya. Nadie puede sustraerse a este principio, y tú menos que nadie. El universo es una mera representación de mis designios y, como tal, se encuentra sometido a la fuerza de mi decisión.

Repetir como un mantra al menos diez veces al día.

Especialmente por las mañanas: cuando amaneces y eres indestructible, inquebrantable, indoblegable, ignífugo, indómito, imbatible, irrompible, e imparable. No importan las heridas que te llevas al sueño la noche anterior, porque el amanecer siempre te otorga su coraza.

Pero, también: en las horas oscuras (que las tienes, aunque sean las menos).

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