Te he invadido,
He convertido los “tus” en “nuestros”.
Te he obligado a elegir:
Un lado de la cama,
Un turno de ducha,
Qué película ver.
Miramos juntos el reloj,
Ponemos la lavadora,
Nos acostamos y nos levantamos.
Hasta no hacer nada,
Lo hacemos juntos.
He puesto banderas con mi enseña,
Que ondean junto a las tuyas,
En todos los armarios,
En la nevera,
En el cajón de las toallas.
Salgo a tu lado en los espejos,
En las quejas vecinales,
En las fotos de familia,
En la intimidad que nadie ve.
Pacíficamente,
Te he invadido,
Y tú te has dejado invadir,
Con la docilidad de quien sabe
Que tiene conquistado a su invasor.
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