jueves, 21 de abril de 2016

Educación básica / Omoplato


Es el nuestro un amor de EGB
De educación porque aprendemos,
General porque todo lo abarca,
Y básico porque es un principio.

Es un amor con hora de vuelta a casa,
De recreos y días lectivos,
Primario en su inocencia,
Y obligatorio en su ejecución.

Es un amor de callejones estrechos,
De esquinas poco transitadas,
Elemental en tanto que sencillo,
Y derecho universal en tanto que amor.

 
Te acurrucas sobre mí, y apoyas la cabeza en mi espalda,
en el hueco de mi omoplato
-¡y yo que no sabía que podía servir de almohada!-,
enredamos las manos, y lo noto:
primero, más lenta, tu respiración,
que me cubre como un halo,
que me otorga el manto de la protección de tu hogar,
y que caracolea en brisa amable por mi espalda
antes de subir y condensarse en el techo,
y quedarse allí en la forma de nube
que preconfigura tu condición de cielo;
después, más rápidos, los latidos de tu corazón,
repiqueteando contra mí con fuerza,
exigiendo a mi corazón que lata a igual ritmo,
un tambor en la lejanía que anuncia el ritual,
el eco de un bombardeo de caricias inminente,
la música del baile que nos transporta,
temblor de cielo mudado en terremoto.
 

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