lunes, 23 de mayo de 2016

Pidamos perdón por el volcán de Sumatra

Tenemos que pedir perdón,
A las siete víctimas mortales,
De la erupción del Sinabung,
En mayo del dos mil dieciséis .

Es culpa nuestra la lava,
Tanto mensaje incendiario,
Tenía que permear la tierra,
Y salir por algún lugar.

Fue el volcán de Sumatra,
Como podía haber sido
La falla de San Andrés,
Y ocurrir un terremoto.

Ciudades destruidas,
Por un temblor del suelo,
Réplica de nuestros besos,
Enviados por mensajería rápida.

O un tsunami en Japón,
Con sus fugas radioactivas,
Y monstruos mutados gigantes,
Por el deseo de abrazarnos.

Estando cerca, aún separados,
El cariño se condensa inofensivo,
Estando lejos, pero conectados,
Se vuelve violento y tectónico.

martes, 17 de mayo de 2016

martes, 10 de mayo de 2016

Esperaré

Te esperaría hasta las mil en punto,
Más, incluso,
Hasta las dos mil y cuarto,
Mucho más,
Hasta que den las diez mil y media,
Y seguiría esperando,
Las cien mil menos cinco,
Aún más,
Hasta las tres millones o así,
Y entonces,
A las diez millones cuatrocientos ochenta y nueve mil quinientas ocho horas y doce minutos,
Si no hubieras llegado, esperaría,
Hasta que el reloj marque las dos billones,
Y más,
Incluso a las gúgol menos veinte,
Esperaré,
Hasta las infinito justas.

lunes, 9 de mayo de 2016

Dos camiones de Limasa

De tanto pasar a nuestro lado,
Dos camiones de Limasa,
Envidiosos, enamorados,
De tanto vernos por la calle,
Se estuvieron buscando,
En el depósito, en sus rutas,
Y, cuando al fin se encontraron,
Los dos camiones de Limasa,
Se dieron un beso: chocaron.

martes, 3 de mayo de 2016

Una vez que subimos calle Mariblanca

De entre cuantas criaturas fantásticas habitan el mundo,
Una hay que merece estudio y análisis por todos los sabios.
Un cuerpo que son dos pegados: dos cabezas enfrentadas,
Dos troncos también fundidos, con los brazos agarrados,
Y cuatro piernas que avanzan torpemente cuando andan.
Sale por la noche y se tambalea hasta su madriguera,
Hace un ruido como de besar y hasta se habla en voz baja,
E ignora todo cuanto le rodea, sean gentes sean bestias.
A esta criatura, su descubridor anónimo, llamó el enamorado.

OLÉ ELO

AMAD A LA DAMA,
SÉ VERLA AL REVÉS,
OLÉ, ELO.